Cuando te lo digo.

I can't lie - Maroon 5

— Eres hermosa

Maggie miró al chico frente a ella con escepticismo, tratando de averiguar de donde provenía su repentino delirio.

— ¿Te encuentras bien?

No era normal aquella actitud del muchacho y Maggie estaba preocupada de que tal vez su cerebro se hubiera congelado ante el frío de Colorado.

— Es mejor que entres a la cabaña, te prepararé chocolate caliente — continuó ella sin siquiera esperar alguna respuesta de él.

Al ver que no se movía lo tomó por la muñeca e intentó llevárselo a la fuerza, pero el muchacho no tenía —al parecer— ganas de irse de ahí; sus pies se afirmaron fuertemente a la nieve evitando así que Maggie se lo llevara.

— Te estoy hablando en serio, Maggie.

La chica no dijo nada y simplemente se acercó lo suficiente a él como para tocar con su mano la frente del chico para comprobar de que no tuviera fiebre —o más bien de que la tuviera—para así de esa manera atribuir sus delirios a su cambio de temperatura.

— Creo que tienes fiebre.

— Mag — replicó el chico con tono de advertencia — Estoy siendo sincero contigo.

— Creo que el frío está afectando tu cabeza, Silver.

— Estoy perfectamente.

— Pero me llamaste hermosa, eso… no es normal.

— ¿Por qué te cuesta tanto aceptar un cumplido?

Maggie lo miró con su entrecejo fruncido, no podía entender porqué Silver le estaba diciendo esas cosas y justo en ese momento, para ella era una situación completamente bizarra y sin sentido. No era normal que alguien le dijera un cumplido ya que en todos sus años de vida nadie había sido capaz de dedicarle bonitas palabras.

— No creo que estés hablando en serio.

— Pero es verdad. — Hizo una pausa — Cuando te veo… lo único que hago es admirarte — Maggie hizo una mueca de disgusto — Eres valiente y fuerte, te gusta pelear por las cosas que tú crees que son buenas, tienes una chispa de vida que me emociona cada vez que la veo resplandecer con fuerza; y por sobre todo… la manera en que vives, eres tan apasionada que me da envidia.

«Sabes perfectamente como ha sido mi vida: fácil. En cambio tú, que te ha tocado la parte difícil, no dejas de luchar por tus ideales y eso realmente me hace admirarte. Además… me encanta ver tu cabello negro y largo cuando se mueve de un lado a otro las veces que lo llevas tomando; ¿y que puedo decir de tus ojos? son tan profundamente azules y oscuros que es fácil hundirse en ellos, y… »

— ¡Basta! —Maggie empezó a respirar forzosamente — Cállate, no digas ni una sóla palabra más. Me vas a volver loca.

— ¿Qué te pasa?

— ¿Qué me pasa? Me pasa que no quiero oír estas cosas, son estupideces y no son ciertas.

— Sí, lo son — refutó Silver.

— Está bien, está bien. De todos modos me da lo mismo lo que tú creas.

— ¿Gracias?

— No fue un cumplido, Silver

Agregó antes de dar media vuelta y alejarse del lugar, dejando a un tanto irritado Silver que no entendía porqué la chica era tan cerrada ante los cumplidos. Si bien la llevaba conociendo un año entero… no sabía muchas cosas de ella, la verdad es que casi nada. Y sabía que su extraña actitud tenía que ver algo con su pasado y con el hecho de que fue huérfana.

Suspiró, la quería mucho y la admiraba, debía empezar a entenderla y a conocerla si quería que ella le abriera su corazón; iba a ser algo difícil, lo sabía. Pero valía la pena, realmente lo valía.

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Cariños, Lissa James